Ninguno es el número
de la serie “Ninguno es el numero,” expuesta en la muestra colectiva “CIFRA silencio e imagen,” en Centro de Arte Contemporáneo CeAC, Santiago, Chile. Agosto 2011.
Fijar una imagen desechable en un cuadro es una operación que puede ser más critica que fotografiarla, porque es hacerla dialogar con la historia de cuadros y poder.
Gaspar Alvarez trabaja a partir de una concepción de imagen que pone a prueba en su ejercicio de pintar. Desde su archivo de imágenes, selecciona las que considera más puramente objetivas, es decir, aquellas que acompañaron un texto noticioso y que tuvieron como función ilustrarlo con respecto a un hecho contingente. Aquellas que podrían establecerse como un documento visual, si es que algo así existe.
Sin embargo, al descontextualizarlas del texto que las acompañaba, al vaciarlas, pasan a existir como datos visuales puros, poniendo en duda su capacidad de informar. Paralelamente su procedimiento de pintura también hace un guiño a la reproductividad técnica. Pinta, es decir, las manualiza, pero con un procedimiento que proviene de la tecnología: el tóner. Tinta utilizada en las fotocopias que se fija a la superficie del papel por medio del calor. Pero no son fotocopias, solo utiliza su tinta y su sistema de fijación mediante una aplicación artesanal e irónica de este.
Imágenes residuales, arrojadas ahora a un ojo que intenta darles sentido, relato y contexto, ya no desde la noticia sino desde la subjetividad del que observa.
El resultado son imágenes sintéticas, en alto contraste, retraídas blanco del soporte y al negro de la tinta. Retraídas a la más básica información de percepción de plano bidimensional: la forma y la contraforma, sacándole los vestigios de lo que tuvieron de “noticioso”.
Extracto del texto "¿Por qué mirar un cuadro podría ser significativo para alguien? A propósito de la exposición CIFRA silencio e imagen" por Voluspa Jarpa. Agosto 2011.
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